Sueño

 

Llega entre palmas de café y mareas.
¿Hay antojo en su visita?
Se reordena el mandil
y le vuelan
los mapas.
Tiene un dejo de ritmo tropical,
curiosidad de nectarina.
Viste como jardinera de horizontes,
curandera de esquirlas volcánicas,
electricista de sombras chinescas.
Sus manos cultivan té y olivo,
la esencia floral donde respira mi existencia.

Aparece con asombro y paisaje
con espasmo de medusa
con madreselva
y ruido de orillas.
Como al vino, le florecen los astros,
como orgía de coco en copa fina.
Convoca en gong a mis deseos,
recortables sin las pestañas que los atan
a los trajes
y a la vida.