Poema que se muerde la cola

 

Toda lógica es la irreverente
fragilidad de una herida;
cuando viene de lo profundo
conquista en la palabra
su techumbre rota,
si es caldo de superficie
rehusa a los tintes de lo humano,
perfuma de elefante cualquier huella,
es torpe y huidiza.

Sirvo a los dioses
de lo imperfecto; soy arena
estrangulada de tiempo,
voz eléctrica, vibrato,
escaladora de hiedra
a las ventanas siempre
poderosas de uno mismo.
¿Querrás creer o serás solo
el lento espino de un terruño
revendido en su miseria?
Las puertas no abren caminos
solo cruzan lo inevitable.
Toda lógica descuartiza así
a la poesía.